Hoy presentamos uno de los discos más importantes de los años 90. Quizás uno de los 10 más perfectos, compuesto por uno de los grandes genios que hoy quedan vivos, el enorme Stephin Merritt (también en los Magnetic Fields y en los Gothic Archives). Escuchen y disfruten de esta maravilla.
“… It’s an
artform in itself dying young.”
Alguien me dijo una vez que no
soportaba los singles, los discos de siete pulgadas. “Son molestos —decía— es
ponerlos y ya se han acabado”. Personalmente, tengo pocos singles, los que
caben en una caja de zapatos. Tampoco sé bien cuándo ponerlos. Qué hacer con
ellos. Escuchar un álbum, de cabo a rabo, es una ceremonia que tiene la
duración propia de un (gran) acontecimiento, con un intermedio sacro, el cambio
de cara; escuchar un single, por contra, es un suspiro, un parpadeo, un latido
del corazón. No por azar se llaman ‘singles’: solteros por vocación, vicio o
circunstancia…
De entre los singles que aprecio de
verdad, está la bellísima caja que recoge los 4x7” del álbum de THE 6THS
“Wasps’ Nests”, o el primero de los dos álbumes del proyecto paralelo de
Stephin Merritt en el que compone canciones para que las canten sus amigos. Él
siempre ha dicho que prefiere componer para otros, escuchar sus propias
canciones antes que cantarlas él mismo. Lo que supone un supremo gesto de
vanidad o un acto de generosidad inmenso. Sea lo que sea, bienvenido: Merritt
es uno de los grandes escritores de canciones de todos los tiempos.
El disco, en esta la única versión
existente en vinilo de 4x7” (también en CD o casete, aunque es lo mismo que
nada), y pervirtiendo la idea de single, se compone de temas repartidos de a dos por cara, es decir,
que no están del todo solos, sino en pareja y, además, sin prejuicios —Robert
Scott y Jeffrey Underhill (hombre-hombre), Mary Timony y Dean Wareham
(mujer-hombre) o, por ejemplo, Amalia Fletcher y Barbara Manning (mujer-mujer)—
(es conocida la homosexualidad de Merritt, que incluso la ha vindicado desde el
nombre de su sello discográfico, Gay and Loud).
Por su condición de singles, son
discos que te obligan a permanecer cerca del tocadiscos, a poner, sacar, dar la
vuelta, volver a poner… Y así cuatro veces si se quieren escuchar seguidas las
16 canciones. En realidad, creo que está editado así, y no en el más previsible
formato álbum de 12”, para que estemos cerca de los discos. Pues, en
definitiva, de lo que creo que hablan estas canciones, aquello que nos quieren
revelar más allá de su letra —casi todas canciones de desamor, no exentas de
ironía— es lo efímero y a la vez grandioso de su condición de canciones, de
singles. Y a pesar del sonido defectuoso, mortecino, el hecho de que se nos
reclame el estar cerca de la aguja, de que acompañemos su recorrido sobre ese
desierto de dunas negras en miniatura que son los surcos del vinilo (y que si pudiéramos
ampliar nos revelaría la extraña geografía de una canción), es, quizás, para
ofrecernos una metáfora perfecta en la que presentimos de qué están hechas las
emociones. Y emociones, aquí, hay muchas. Entre otras, las contenidas en el
inolvidable tema que canta Stuart Moxham de Young Marble Giants, “Yet Another
Girl”, sólo en esta edición. 16 latidos del corazón. Toda una vida. Tengo que
comprar más singles.
Descarga aquí "Yet another Girl" (feat. Stuart Moxfam de los Young Marble Giants)