Confesiones de un vinilómano #1

Si de algo estoy seguro después de 25 años coleccionando discos es de que aun invirtiendo todos los ahorros que pueda gastar, vilmente arrancados de mi mísero sueldo a expensas de inversiones más adultas y con el peligro de dejar a mis vástagos sin herencia alguna —a excepción, claro está, de una colección de discos que muy probablemente malvenderán por cuatro cuartos—; invirtiéndolo todo —decía— de aquí hasta la víspera de mi muerte, no podré comprarme todos los discos que quiero. Pues, como sabrá todo coleccionista, sea cual sea su ámbito, el problema se agrava día a día, ya que a medida que la colección se incrementa de forma aritmética, los discos que faltan lo hacen en progresión geométrica. La ecuación de la ruina. Sólo queda esperar un milagro: para mi familia, mi muerte prematura; para mí, ganar la lotería primitiva. Muchos han especulado, y especulan a diario, con qué hacer si ganan la lotería. La mayoría se lo gastaría todo estúpidamente en casas, coches, putas, viajes, joyas, algún cuadro abominable comprado en alguna subasta  para llenar tanto espacio en blanco, otra casa, más coches —ahora un Cayenne, ahora un Lamborghini—, puros cubanos, televisores de 150 pulgadas… En mi caso, lo tengo claro. Me pasaría el resto de mis días comprando discos en Discogs y Ebay, me dedicaría a establecer un demencial itinerario diario, escrupulosamente inamovible, por las tiendas de discos de la ciudad, con la posibilidad, en todo momento, de tomar un avión a Londres, Nueva York, París o toda urbe en la que vendan discos e inaugurar, así, nuevos e insospechados itinerarios internacionales. Para empezar, compraría, sistemáticamente, toda la discografía de Sarah Records, desde la primera hasta la ...

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Clasicazos Básicos, hoy: SPACEMEN 3 "Taking Drugs"

La prescripción perfecta.

En la ciudad de Rugby, y para desgracia de unos padres que quizás hubieran querido traer al mundo a dos fornidos muchachos rubicundos que triunfaran en el deporte que hizo mundialmente famosa a la ciudad del condado de Warwickshire, nacían, un mismo día de noviembre de 1965, Jason Pierce y Peter Kember, que no tardarían en defraudar los designios paternos…

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Músicas modernas, hoy: PURO INSTINCT

Puro Instinct es el grupo de las jovencísimas hermanas Piper y Skylar Kaplan. Son del noreste de Los Angeles y se me antojan un cruce entre The Pastels y The Mama's and the Papa's.

Antes se llamaban Pearl Harbor, nombre con el que han sacado sus dos primeros siete pulgadas. Están en la onda de Ariel Pink, Nite Jewel, Teen Inc. (banda de la que en breve daremos cuenta) o The Samps. 

Se hicieron famosas después de una gira por Estados Unidos con el citado Ariel Pink and the Haunted Grafitti y tras tocar en el showcase de Gorilla vs Bear en el sxsw del año pasado.

Son rubias, californianas, menores (Skylar tiene 15 años) y han salido en la edición italiana de Vogue.

California shakedown y LUV Goon son mis canciones preferidas.

Discografía, descargas y compras:

Pearl Harbor Something About the Chaparrals 12" (Mexican Summer, 2009) 500 copias (ahora han publicado una reedición)

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Pearl Harbor Slivers of You b/w California Shakedown 7" (Big Love, 2010) 300 copias

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Puro Instinct EP (Gloriette, 2010)

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Más información:
Blogspot
Bandcamp
MySpace

Videos California Shakedown (live), LUV Goon

Via Mucho Harte.

Sietes Magníficos, hoy: Rocketship “Hey hey Girl” 7”

“Yo sí soy un defensor a ultranza del formato siete pulgadas. Es la mayor y más honesta descripción de un conjunto musical. Responde a un momento puntual de una carrera y siempre muestra uno, dos o tres (hay algunos que muchos más) mini-hits que acompañados de la portada y el insert definen un universo muy particular, lleno de referentes, lleno de influencias, es el propio grupo condensado y representado en un trozo de plástico. Está claro que aquí no estoy hablando de esos singles de ediciones limitadas de 10.000 copias de vinilo color chillón con portadas duras y camuflados por multinacionales, no. Aquí hablamos de otra forma de entender el single, otra forma de sentir la música, un entendimiento más romántico, más real y honesto.

 El single que hoy nos ocupa me descubrió un nuevo mundo. Para una persona que mitificaba a K Records y todas sus sagas y  la larga estirpe de grupos escoceses de los 80 (ya saben Pastels, Vaselines, Josef K, Orange Juice…) encontrar un puente entre ambas escenas me dio mucha vidilla. El tweepop ese que ahora predican muchos modernos en sus blogs nació en EEUU en los 90 y este 7” que hoy rescatamos en una de sus piezas clave. Rocketship y unos pocos más armaron una escena que fueron los cimientos de la explosión indie pop actual en USA (Pains of being..., Dum Dum Girls, Wild Nothing...). Rocketship realmente era un tipo llamado Dustin. Su primera época fue gloriosa, sacaron un LP en Slumberland que es una de las joyas más oscuras de los años 90, otro single en BusStop y un single increíble compartido con Henry´s Dress que hicieron para una gira que uno de estos meses colgaremos aquí mismo. Su discografía completa la tenéis debajo pero nada de lo que hizo Dustin se puede comparar con este enormísimo single.

Escúchenlo y deléitense, para un servidor uno de los grandes singles de todos los tiempos”

 

Descárgalo aquí.
Sello BusStop
Sello Slumberland Records
Discografía completa aquí

Clasicazos Básicos, hoy: The 6ths "Wasps´ Nests"

Hoy presentamos uno de los discos más importantes de los años 90. Quizás uno de los 10 más perfectos, compuesto por uno de los grandes genios que hoy quedan vivos, el enorme Stephin Merritt (también en los Magnetic Fields y en los Gothic Archives). Escuchen y disfruten de esta maravilla.

“… It’s an artform in itself dying young.”

Alguien me dijo una vez que no soportaba los singles, los discos de siete pulgadas. “Son molestos —decía— es ponerlos y ya se han acabado”. Personalmente, tengo pocos singles, los que caben en una caja de zapatos. Tampoco sé bien cuándo ponerlos. Qué hacer con ellos. Escuchar un álbum, de cabo a rabo, es una ceremonia que tiene la duración propia de un (gran) acontecimiento, con un intermedio sacro, el cambio de cara; escuchar un single, por contra, es un suspiro, un parpadeo, un latido del corazón. No por azar se llaman ‘singles’: solteros por vocación, vicio o circunstancia…

De entre los singles que aprecio de verdad, está la bellísima caja que recoge los 4x7” del álbum de THE 6THS “Wasps’ Nests”, o el primero de los dos álbumes del proyecto paralelo de Stephin Merritt en el que compone canciones para que las canten sus amigos. Él siempre ha dicho que prefiere componer para otros, escuchar sus propias canciones antes que cantarlas él mismo. Lo que supone un supremo gesto de vanidad o un acto de generosidad inmenso. Sea lo que sea, bienvenido: Merritt es uno de los grandes escritores de canciones de todos los tiempos.

El disco, en esta la única versión existente en vinilo de 4x7” (también en CD o casete, aunque es lo mismo que nada), y pervirtiendo la idea de single, se compone de  temas repartidos de a dos por cara, es decir, que no están del todo solos, sino en pareja y, además, sin prejuicios —Robert Scott y Jeffrey Underhill (hombre-hombre), Mary Timony y Dean Wareham (mujer-hombre) o, por ejemplo, Amalia Fletcher y Barbara Manning (mujer-mujer)— (es conocida la homosexualidad de Merritt, que incluso la ha vindicado desde el nombre de su sello discográfico, Gay and Loud).

Por su condición de singles, son discos que te obligan a permanecer cerca del tocadiscos, a poner, sacar, dar la vuelta, volver a poner… Y así cuatro veces si se quieren escuchar seguidas las 16 canciones. En realidad, creo que está editado así, y no en el más previsible formato álbum de 12”, para que estemos cerca de los discos. Pues, en definitiva, de lo que creo que hablan estas canciones, aquello que nos quieren revelar más allá de su letra —casi todas canciones de desamor, no exentas de ironía— es lo efímero y a la vez grandioso de su condición de canciones, de singles. Y a pesar del sonido defectuoso, mortecino, el hecho de que se nos reclame el estar cerca de la aguja, de que acompañemos su recorrido sobre ese desierto de dunas negras en miniatura que son los surcos del vinilo (y que si pudiéramos ampliar nos revelaría la extraña geografía de una canción), es, quizás, para ofrecernos una metáfora perfecta en la que presentimos de qué están hechas las emociones. Y emociones, aquí, hay muchas. Entre otras, las contenidas en el inolvidable tema que canta Stuart Moxham de Young Marble Giants, “Yet Another Girl”, sólo en esta edición. 16 latidos del corazón. Toda una vida. Tengo que comprar más singles.

Descarga el disco aquí

Descarga aquí  "Yet another Girl" (feat. Stuart Moxfam de los Young Marble Giants)

Clasicazos Básicos, hoy: "Hermanos Carnales" Surfin´Bichos.

Hemos decidido darle espacio a esta obra magna del pop español. No hablaremos de Chuchos, Mercrominos, Travoltas ni Alfaros sino de un disco seminal con portada gayer que tiene canciones enormes y que pasó sin pena ni gloria por la historia del pop español.  Con creces lo mejor que ha salido de Albacete hasta que aparecieron Joaquín Reyes y compañía. Muchos hablan de él como un clásico pero prometemos que en su momento le sudaron la polla a todo el mundo.   

“Hermanos carnales” o Sobre por qué es siempre preferible pagar gastos de envío a ir a recoger personalmente un disco.

Compre el LP de Surfin’ Bichos “Hermanos carnales” en Ebay justo después de que llegara el aviso diario de seguimientos a mi bandeja de entrada, precioso momento de la jornada cuando urge abrir un paréntesis, actuar rápido y con sangre fría. Era un “¡Cómpralo ya!” y no lo dudé un instante. 36 euros. Sin embargo, una visita posterior a Popsike, herramienta valiosísima para todo vinilómano de recursos limitados, reveló que no era una ganga [ver aquí]. Además, los “¡Cómpralo ya!” no sacuden el cuerpo de endorfinas como las subastas, donde apostar en los últimos diez segundos y ganar produce una sensación que no he experimentado aún con ninguna droga. En fin, comprado estaba. Como el tipo que lo vendía estaba en Barcelona y como jode pagar los 6 euros de envío (España tiene unas de las tarifas de correos más caras del mundo y muy mala fama: algunos vendedores internacionales tiemblan cuando tienen que enviar algo a España sin registrar), le sugerí ir a recogerlo a su casa. Era en el barrio de Hostafrancs, y juraría que era la primera que vez lo pisaba, a excepción de un concierto en la sala Communiqué —en realidad un recital de poesía— de Lydia Lunch, hace ya mucho tiempo. El sitio era un antro, el tipo se dedicaba a vender por Ebay muñecos de Star Wars, piezas sueltas de aeromodelismo y cosas así… Al parecer, también vendía ocasionalmente lotes de discos que conseguía de radio-fórmulas venidas a menos o de coleccionistas que habían muerto o se habían arruinado. Entre montañas de piezas y muñecos con los que jugaba en mi infancia (Chewaka), ahora totalmente carentes de interés, tenía discos amontonados —uno encima de otro y no uno detrás de otro, lo que demostraba un desprecio imperdonable por los discos—, pilas de discos de entre los que extrajo el que había ganado. Como el tipo no sabía de qué iba esa portada algo gay y presuponiéndome homosexual, me dejó caer de muy malas maneras si yo era “de esos”. Como yo soy un yonqui de los discos, cosa de la que me enorgullezco, le dije que sí, sin entender la indirecta. Entonces, el tipo se fue a la habitación de al lado trayendo consigo una amplia gama de productos sexuales: “Popper, Viagra, Cialis, tengo de todo”, me dijo. Le agradecí amablemente el ofrecimiento y le dije que tenía prisa, por lo que no tuve ocasión de examinar los otros discos que ahí tenía que era, por otra parte, la razón principal que me había traído hasta allí. 

A su favor hay que decir que el disco estaba nuevo y que tiene algunas canciones grandiosas, memorables, “En otoño”, “Fuerte”, “Humo azul”… O las salmodias rituales de un psicópata antes de cometer un crimen.

Poco tiempo después, en una parada de la plaza de la Catedral que cada jueves se monta junto a antigüedades de todo tipo (los discos suelen proliferar en los mercadillos de bisutería y libros viejos), encontré una copia del LP de “Hermanos carnales” por 20 euros que compré con la intención de revender en Ebay. Lo puse a la venta en formato subasta confiando en sacar un pastón (para comprar discos)… Pero, inexplicablemente, nadie lo compró. Al rato de acabar la subasta, recibo un mensaje en la que un tipo me ofrecía 25 euros por el disco. Además, como era de Barcelona, proponía pasar a buscarlo por mi casa… Le dije que 30 euros y ya se lo enviaba yo. Con un freak por disco ya está bien.

Descárgalo aquí 
Discografía Surfin Bichos aquí 
Compra las reediciones aquí

Clasicazos básicos, hoy: "The Nightmare of J.B. Stanislas" de Nick Garrie

Este disco es un clásico instantáneo. Nick Garrie es como Nick Drake pero con un hervor. La pesadilla de J.B. Stanislas está repleta de detalles que un buen onanista del vinilo jamás considerará baladí. Veamos. 

Por un lado, Eddie Vartan, hermano de una rubísima y lascivamente virginal Silvye, produjo y se encargó de los arreglos. La tragedia marcó el destino del álbum. El dueño del sello para el que compuso el joven Garrie, AZ Records, se suicidó poco después de que finalizara la grabación y The Nightmare of J.B. Stanislas permaneció en un cajón, olvidado durante lustros. 

Testimonio:

Publicado en 1969 en Francia, las copias originales en el sello AZ han adquirido un valor en el mercado del pajillero del vinilo que oscila entre los 600 y los 1.000 euros la pieza. Eso sí, hay reediciones por doquier a precios que cualquier pequeñoburgués puede asumir. La mía, sin ir más lejos, es de un sello italiano, Get Back, licenciada por el emporio indie Cherry Red Records, y comprada hace un par de años en una tienda de discos de Brooklyn (Academy Annex). Costó 20 dólares y fue un regalo de mi fiancé. Hace poco quise traer a Nick Garrie a Barcelona. Capricho de pajillero irredento que no cuajó por cuestiones de calendario. Una lástima, me pareció un buen tipo.

Descárgalo aquí.

Su MySpace.

Via Mucho Harte. 

Clasicazos básicos, hoy: FELT ""The strange idols pattern and other short stories"

Los dos retrasados que hacemos este blog tenemos en un altar a Lawrence, un inglés frentudo con mucho talento que montó el grupo FELT en el año 82. "The strange idols pattern and other short stories" es el tercer disco de Felt y contiene una de las canciones favoritas de todos los tiempos de D.Felt grabaron 10 lp´s inhumanos. Luego así que nos acordemos Lawrence creó DENIM y Go Kart Mozart que son dos grupos que quitan el hipo. 

 
"El 1 de abril de 1985, demasiado pronto para que un joven de 11 años recibiera el permiso materno para ir a un concierto, y cuando conducir borracho todavía era legal, FELT abrió un concierto en Barcelona, en la hoy desaparecida sala Zeleste, con el tema ROMAN LITTER. Años después, el 22 de septiembre de 2010, con FELT ya disueltos y su líder, Lawrance, haciendo karting escuchando a Mozart, compro en Ebay el disco (en prístino MINT/SEALED), THE STRANGE IDOLS PATTERN AND OTHER SHORT STORIES , fiel a mi prerrogativa —con la que tanto dinero he despilfarrado— de no escuchar nunca un disco antes de comprarlo. Cuando llega, semanas después, acaricio la rugosa portada donde se muestran motivos aztecas o incas, no se sabe bien qué, y pongo el disco. Y enseguida me enfado, pues nadie antes parece haber advertido que el tema que abre el disco, aquél mismo con el que abrieron el concierto en Barcelona, entraría inmediatamente a formar parte de lo mejor de mi caprichosa historia sentimental de la música. Quizás precisamente por eso, ocurre un pequeño accidente al levantar la aguja cuando acaba la cara A que, al poco, se revela fatal: el brazo del tocadiscos resbala y cae en picado sobre el disco, rebotando y volviendo a caer un poco más adelante… Si esto hubiera pasado con cualquier otro disco, podría haberse asumido con meditada resignación. Con éste, definitivamente no. Es inadmisible. Y cuando todavía resuenan los gritos de horror, vuelvo a comprar el mismo disco (Cherry Red #BRED63) —esta vez en Discogs— confiando en que el tipo que tenga que enviarlo todavía encuentre la estafeta de correos abierta…"

1. "Roman Litter"
2. "Sempiternal Darkness"
3. "Spanish House"
4. "Imprint"
5. "Sunlight Bathed the Golden Glow"
6. "Vasco Da Gama"
7. "Crucifix Heaven" (no está en el CD)
8. "Crystal Ball"
9. "Dismantled King Is off the Throne"
10. "Whirlpool Vision of Shame"

Discografía FELT, aquí.
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Clasicazos básicos, hoy: Die Doraus und Die Marinas

                        Hay un tipo alemán que me vuelve loco. Se llama Andreas Dorau. Lleva 20 años sacando discos bestiales, desde el 80. Precisamente en los primeros 80 se sitúa el disco que descurimos hoy. Mr. Dorau acompañado por Die Marinas grabó dos álbumes de tecnopop de esos que quitan el hipo. Die Marinas eran las de la foto pero en realidad nadie sabe si existieron o no.
 

"Hace doce años, cuando todavía era joven y tomaba drogas, siempre frecuentaba el mismo bar donde siempre ponían una canción bestial llamada “Girls in Love”. El autor era un alemán, pregunté al ponediscos y me apunté el nombre del artista. A la mañana siguiente me sumergí en una búsqueda desesperada por todas las tiendas de Barcelona (recordemos que en esa época no había Discogs ni esas webs impersonales con canciones que escuchan los jóvenes) y encontré un disco de Andreas Dorau que compré sin leer créditos ni nada. Era en CD, parecía antiguo y salía un Ovni en la portada. Lo puse en mi moderno lector de CD´s y ni rastro de la canción moderna. Sin embargo no me importó lo más mínimo. Empezaron a sonar un montón de teclados de juguete, voces de pre-púberes germanas vírgenes, guitarras cortantes y hits muuuuyyy girados. Entré en éxtasis, tuve mi primera sobredosis de tecnopop y la disfruté como la primera paja. El CD era un recopilatorio de los años de Dorau en el sello Ata Tak. Desde ese día he buscado como loco todas las canciones de este germano superdotado y las he conseguido. “Blumen und Narcissen” lo pillé en LP en Discogs sin problemas a un precio razonable (15€)..."

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Descarga: Die Doraus und Die Marinas "Blumen und Narcissen"  
Video "Fred Vom Jupiter" 
Sitio: Myspace

Plagios Benditos: Wild Nothing & Chantal Goya

Esta es una sección homenaje al arte del plagio, siempre necesario y que tantas alegrías nos ha dado en la historia del pop. Hoy alabamos a los yanquis Wild Nothing por robar el instrumental de una canción de los 60 de Chantal Goya, la preciosa actriz francesa de Godard que también cantaba. Escuchen, juzguen y entiendan porqué los plagios son tan necesarios.

Wild Nothing "Chinatown"
Chantal Goya "La Pluie du ciel"